jueves, 9 de enero de 2014

Alexis Cardenas y Richard Galliano "Tangaria Quartet Live in Marciac 2006"




Alexis Cárdenas

Nació en Maracaibo estado de Zulia, Venezuela donde comenzó sus estudios de violín y realizó su primer concierto a los 9 años en Maracaibo. Recientemente distinguido con la Medalla de Honor que es otorgada por el Senado francés como reconocimiento en su labor de difusión de la música venezolana y latinoamericana. Hoy en día está adquiriendo gran relevancia internacional gracias a los proyectos de fusión de música tradicional venezolana con elementos de música académica.

Richard Galliano 

Nació en Cannes el 12 de diciembre de 1950, es compositor musical y acordeonista franco-italiano de jazz.
Comenzó tocando el piano y el acordeón con su padre, Lucien Galliano, un italiano asentado en Niza. Después amplió sus estudios con el profesor Claude Noël, que le introdujo en el mundo del jazz. Siguió sus estudios musicales en el Conservatorio de Niza, dirigido entonces por el organista Pedro Cochereau. Allí tomó clases de contrapunto, armonía y trombón.
En 1983, Astor Piazzolla invita a Richard Galliano como primer solista de bandoneón en una comedia francesa inspirada en el Sueño de una noche de verano (de William Shakespeare) con música original de Piazzolla escrita sobre una puesta en escena de Jorge Lavelli. Este fue el principio de una gran amistad entre los dos músicos, que duró hasta la muerte de Astor Piazzolla en 1992.

Tracklist:

  1. Tango pour Claude [Live]
  2. Laurita [Live]
  3. Chat Pître [Live]
  4. Tangaria [Live]
  5. Présentation des Musiciens [Live]
  6. Fou Rire [Live]
  7. Sertão [Live]
  8. Disparada [Live]
  9. Chorinho Pra Elé [Live]
10. Traditionnel Vénézuélien / Gigue de la Suite n°2 en ré mineur [Live]
11. Spleen [Live]
12. Libertango [Live]
13. Escualo [Live]
14. Sanfona [Live]
15. New York Tango [Live]
 

link de descarga disco completo!


lunes, 6 de enero de 2014

David Oistrakh Dvorak y Mendelssohn Violin concertos


David Oistrakh nació en Odessa, Ucrania en 1908 y muere en Amsterdam en 1974, violinista ruso unánimemente aclamado por su virtuosismo, por su excelente técnica y su potente sonoridad. Sus padres de origen judío, vivían en un pequeño apartamento en un distrito del sur de Odessa. Su padre, un modesto oficinista, tocaba bien el violín y algunos instrumentos de viento; su madre, que tocaba algún instrumento de viento y cantaba en el coro de la ópera, lo llevaba a los ensayos, donde el pequeño David quedaba subyugado por la variación y el poder de tantos instrumentos. 
A los tres años recibió un violín de juguete, que resultó ser una revelación (en sus notas autobiográficas, Oïstrakh recuerda que desde que tenía memoria tenía un violín). Se imaginó que era uno de los músicos callejeros que veía a menudo e insistió en tener un violín verdadero, que consiguió por fin a los cinco años, edad en la que tomó sus primeras lecciones.
El pequeño Oïstrakh se formó con Pyotr Solomonovich Stoliarsky, que en esa época era ya famoso y había fundado su propia escuela de música. La pedagogía de Stoliarsky se basaba en un conocimiento intuitivo de la psicología de cada niño, y hacía ejercicios en forma de juegos.
Las dificultades llegaron con la Primer Guerra Mundial y con la Revolución de Octubre en 1917. En este entorno de guerra civil, Oïstrakh progresaba en sus estudios. La situación se degradaba día a día en Odessa y la familia Oïstrakh se vio en la miseria. Durante estos años, Stoliarsky compartió cuanto tenía y procuró preservar el bienestar entre sus alumnos.
Su primer concierto con orquesta fue el que tuvo lugar en 1923, con el concierto en La menor de J. S. Bach. En 1925 tocó con la orquesta de la Academia de Odessa. Trabajó desde 1934 como profesor en el Conservatorio de Moscú, y tuvo como discípulo, entre otros, a su hijo, el violinista Igor Oistrakh.
Reconocida su genialidad con el Premio Elizabeth de interpretación en 1937, durante la década de los 50 triunfó en sus giras por todo el mundo, acompañado a veces por su hijo, con un amplísimo repertorio clásico y contemporáneo. Algunos grandes compositores, como Prokófiev, llegaron incluso a componer para él.

Concierto para violín de Mendelssohn
El Concierto para violín en mi menor, Op. 64 es la última gran obra orquestal del compositor alemán Felix Mendelssohn. Forma una importante parte del repertorio de violín y es uno de los conciertos para ese instrumento más populares y más interpretados de todos los tiempos. Una interpretación estándar tiene una duración de casi media hora.

Mendelssohn originalmente prometió un concierto para violín en 1838 a Ferdinand David, un amigo cercano que era un consumado violinista. Sin embargo, la obra tardó seis años en completarse y no fue estrenada hasta el año siguiente, en 1845. Durante este tiempo, Mendelssohn se carteó con regularidad con David, en busca de consejos para el concierto. La obra es uno de los primeros conciertos para violín del Romanticismo e influyó en las obras de varios compositores. A pesar de que el concierto consta de tres movimientos en la estructura típica rápido-lento-rápido y cada movimiento sigue la forma tradicional, la obra era innovadora e incluía características nuevas para la época. Como aspectos distintivos se destacan la entrada inmediata del violín al comienzo y el enlace entre movimientos sin solución de continuidad.

La obra fue inicialmente bien recibida y pronto fue considerada como uno de los conciertos para violín más grandes de todos los tiempos. Sigue siendo popular y se ha forjado la reputación de ser esencial su dominio para todos los virtuosos del violín; normalmente es uno de los primeros conciertos románticos que se aprenden. Varios violinistas profesionales lo han grabado y se interpreta con regularidad en salas de concierto así como en competiciones de música clásica.

Concierto para violín de Dvorak 
El Concierto para violín en La menor Op. 53 fue compuesto por Antonin Dvorák en 1879 y fue estrenado en 1883 por Frantisek Ondricek en Praga. Él también interpretó los respectivos estrenos en Viena y Londres. Sigue siendo hoy un trabajo importante en el repertorio del violín.

El concierto fue escrito a partir de 1878 pensando en el gran violinista Joachim a quien Dvorák quería decircárselo; sin embargo, una vez acabado, en 1879, Joachim mostró cierto escepticismo respecto a él; parece ser que no le agradó que en la recapitulación del primer movimiento no se produjera la consabida cadencia, sino que se trunca y enlaza directamente con el segundo movimiento; tampoco resultó de su agrado la persistente repetición temática del tercer movimiento. Aunque no lo llegó a decir públicamente, se cree que en algún momento lo comentó con el autor; lo que es cierto es que él nunca interpretó esta pieza. No obstante, y aun no siendo tampoco una de las mejores obras de Dvorák, este concierto sigue siendouna pieza importante en el repertorio del violín por sus exigencias técnicas y virtuosísticas para el solista.

El concierto se estructura en los tres movimientos clásicos de rápido (Allegro ma non troppo) – lento (Adagio ma non troppo) – rápido (Allegro giocoso ma non troppo). El segundo movimiento es el más famoso por su lirismo hermoso.

Enlace disco completo:
David oistrakh Mendelssohn y Dvorak Violin concertos

Enlace partituras Mendelssohn y Dvorak conciertos para violín:
Partituras Mendelssohn y Dvorak Conciertos para violín


miércoles, 1 de enero de 2014

James Ehnes 24 Caprichos de Paganini


Hablando del interprete del disco que les dejare al final de este apartado es James Ehnes, según la crítica internacional es considerado el Jasha Heifetz de nuestro tiempo, y a decir verdad la comparación es válida, pues para quienes conocieron el arte de Heifetz, ya sea en vivo o en disco, este fue uno de los más extraordinarios y versátiles violinistas del siglo XX.


Curiosamente, James Ehnes y Heifetz comenzaron sus estudios de violín a temprana edad, Ehnes a los cuatro y Heifetz a los tres años. Mientras Heifetz a la edad de 7 años ya interpretaba a Mendelssohn ante un aforo de cien personas; James Ehnes hizo su debut a los 13 años como solista con la orquesta Sinfónica de Canadá.
 
James Ehnes nació en el seno de una familia musical en enero de 1976 en Brandon, Manitoba, Canada. Su padre, Alan Ehnes, es profesor de trompeta en la Universidad de Brandon. Fue con el violinista canadiense Francis Chaplin, con quien hizo sus primeros estudios. Sally Thomas, fue su maestra en la Escuela Meadowmount de Música y desde 1993 hasta 1997 continuó estudios en la Escuela Julliard donde, tras su graduación, ganó el “Peter Menin Prize for Outstanding Achievement and Leadership in Music”.
 
Ehnes obtuvo, por primera vez, reconocimiento nacional en 1987 como ganador del “Gran Premio en Cuerdas” en la Competición de Música de Canadá. El año siguiente fue el músico más joven en ganar el “Primer Premio en Cuerdas” en el Festival de Música de Canadá. También obtuvo de la Universidad de Brandon el título de “Doctor en Música (honoris causa)”.
 
En Julio de 2007 su nombre pasó a la historia al constituirse en la persona más joven en ser aceptada como Miembro de la “Royal Society of Canada”. Sus viajes al extranjero no han sido menos, ha tocado en cerca de treinta países en los cinco continentes con las más reconocidas orquestas y los más importantes directores. Entres estos se cuentan Vladimir Ashkenazy, Stanislaw Skrowaczewski y Christian Thielemann.
 
La extensa discografía de James Ehnes, que consta de más de 20 grabaciones, ha sido galardonada con numerosos premios incluyendo un Grammy, un Gramophone y seis Juno Award.  El álbum de James Ehnes, con los conciertos para violín de Korngold, Walton y Barber con la Sinfónica de Vancouver, bajo la dirección de Bramwell Tovey fue ampliamente considerado como uno de los discos más destacados de 2006 y ganó en el 2008 el Grammy y el Juno.

Aqui les dejo un poco de historia del compositor de esta magnifica obra: Nicolo Paganini, músico italiano nacido en Génova hacia 1782. Su infancia puede asemejarse a la de otro niño prodigio dominado por un padre con aspiraciones excesivas: La del compositor austriaco Wolfang Amadeus Mozart. En efecto, sus primeros años de vida transcurren bajo el duro sometimiento al estudio prolongado y diario del violín, después de esta dedicación exclusiva al instrumento, consigue dominarlo por entero y con tan sólo 13 años alcanza una inmejorable técnica y brillantez que rebasaban los límites del virtuosismo, su carrera concertística es imparable ya una vez lejos del yugo paterno. A partir de ahí el artista despliega una intensa actividad de giras europeas que eran vividas como verdaderos acontecimientos culturales, el efecto que causaba entre el público era tan asombroso que llegaba a impresionar no sólo a melómanos sino también a músicos ya consolidados de la época tales como Chopin, Schumann, Schubert o Liszt.
Al parecer no era únicamente su dominio técnico o interpretativo lo que sorprendía sino toda una serie de gestos y maneras que transformaban al violinista durante su actuación, prueba de este magnetismo tan evidente era toda una puesta en escena que él mismo creaba para dar color a sus peculiares recitales. Así, en este contexto, encontramos la interesante cita de Heinrich Heinne (en "Noches Florentinas") que sirven de manifiesto para acercarnos a este mito del violín: "los sonidos del violín se hicieron cada vez más tempestuosos y osados, en los ojos del espantoso intérprete brillaba un ansia de destrucción tan burlona, y sus delgados labios se movían de modo tan lúgubremente agitado, que parecía como si murmurara antiquísimas y malvadas palabras mágicas para conjurar la tempestad y desencadenar los espíritus malignos que yacen atrapados en las profundidades abismales del mar".

Los 24 caprichos los escribió entre 1802 y 1817. Son 24 piezas para violín solo,  el capricho 24  fue un auténtico hit en el romanticismo, todo el mundo se puso a hacer variaciones sobre ese capricho: Rachmaninov, Liszt,  Brahms, Lutoslawski...
Hay que considerar muy especialmente su visión nueva sobre el violín: a través de esta explosión de recursos técnicos y melódicos llenos de brío y energía busca una imitación de la más amplia gama de sonidos naturales; es decir, el fin es el Arte y con estos medios circenses de que a veces se sirve, intenta plasmar la esencia de su creación, de su verdad musical. No debemos olvidar parcelas relacionadas con la música de cámara, a la que Paganini se siente tan íntimamente ligado (cuartetos de Haydn, Mozart, Beethoven....).

En 1849, este personaje legendario dice adiós al mundo, tras una larga enfermedad motivada por un problema de laringe que le provoca una existencia muy penosa ya al final de sus días. Era tanto su personalidad creativa y artística, y tan descomunal su poderío sobre el instrumento, que se ha creído ver en él la imagen del mismísimo demonio. En torno a ello han circulado varias leyendas de carácter diabólico así como opiniones tan válidas como las del propio Goethe: "En Paganini se revela en grado extremo el demonismo".

Lo que sí es perfectamente demostrable, al margen de la mera opinión, es el sentido revolucionario con que irrumpe en el campo instrumental de la Historia de la Música, con todo lo que ello conlleva en el terreno interpretativo y emocional. Se podría establecer sin vacilar un antes y un después con relación al músico italiano. Las salas de concierto vibraron con su calor humano, el público llegaba a conectar directamente con la música que emanaba de su relevante carisma y sentido musical. Entonces, la interpretación triunfaba plenamente en toda la extensión de su palabra produciendo en el oyente la catarsis.

En cuanto a su aportación a la técnica del violín, es bastante significativa, destacando su exploración en el campo de los armónicos, de las dobles cuerdas, pizzicatti de la mano izquierda, amplia paleta de staccatti y otras innovaciones que incluso van más allá de la escuela tradicional. En conclusión, Paganini desarrolló globalmente las posibilidades polifónicas de dicho instrumento.

Todos estos hallazgos son plasmados en su interesante y valiosa producción, así destacan sus famosos 24 Caprichos para violín solo Op.1, su densa integral de conciertos y las diversas colecciones de sonatas donde el talento y el ingenio creativos protagonizan sin temor.

A través de este breve repaso a la figura de Nicolo Paganini, nadie puede poner en tela de juicio su celebridad como músico y divo del violín, ni tampoco dudar sobre el papel que desempeña el intérprete como eslabón imprescindible en la cadena sonora.

Link de descarga del disco:
james ehnes 24 caprichos paganini disco

link de descarga de partituras:

Partitura 24 caprichos de paganini en pdf